Escucho tu voz en los ecos de la calle sin sentirme perturbada. El color de tus ojos es repetido en detalles como el color de un vw beetle estacionado frente a mí, o la camisa de ése hombre que compra un arreglo de flores y escoge tarjetas en este preciso instante. Mi primera palabra fué tu nombre, y será también la última. Después de eso, no tendré que llamarte nunca más, porque vas a estar a mi lado.Sé que ahora también lo estás, pero me lo tengo que recordar de cuando en cuando.
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